En Paraguay, uno de los países más pobres de Sudamérica, amantes de la música con escasas posibilidades económicas fabrican desde hace unos años violines, violoncelos, instrumentos de percusión, y hasta flautas, con material reciclado del principal basurero de Asunción, el vertedero Cateura.
Hasta formaron una orquesta sinfónica que interpreta música de los grandes clásicos a la que bautizaron "Melodías de la basura".
"A un padre de familia se le ocurrió un día construir un violín de una vieja cacerola que encontró en la basura. Él trabajaba en nuestro taller de confección de instrumentos musicales", relató Luis Szarán, un músico símbolo de las orquestas de cámara de Paraguay.
Al frente de su organización no gubernamental "Sonidos de la Tierra", Szarán estimuló la creatividad y la habilidad de "don Kolá" como le llaman a Nicolás Orué, este padre de familia de unos 50 años que empezó a construir guitarras con madera de embalaje, y violines con viejas cacerolas o asaderas, de aluminio o de metal, con el mango de madera de pallets.
"Construyó flautas y saxofones hechos de restos de canaletas de agua, un violoncelo hecho de viejas latas de aceite, instrumentos de percusión de madera reciclada y parches (la membrana de la percusión) hechos de restos de películas de radiografía", explicó Szarán.
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