Autor “La
vida epifita”
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“La vida epifita” es la narración de una velada en la que el amor se torna en
misterio. ¿Cómo en el transcurso de unas horas puede cambiar la vida de tus
personajes de forma tan radical?
En realidad el amor
entre Cecilia y el Conde, los personajes principales de la novela, siempre ha
estado rodeado por lo extraño. Y es cierto que en el transcurso de la trama, el
lector se ve envuelto en un ambiente inicialmente dominado por lo romántico
para acabar inmerso en el misterio. Pero, como se explica en la misma novela,
hay momentos puntuales de nuestra vida, capaces de convertirnos, de algún
modo, en un ser distinto. Y esos momentos sólo se conocen cuando acaban
de ocurrir. Y duran tan poco, que apenas se puede decir que hayan existido.
Pero al igual que al hombre se le conoce por sus actos, a estos momentos se les
reconoce porque, quien los padece, sabe que su vida no volverá a ser la
misma.
A lo largo de la novela se van dando las
condiciones para que en el transcurso de la velada se produzca uno de esos
momentos, y de que la vida de los personajes que confluyen cambie para siempre.
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Uno de los protagonistas de tu novela, el Conde, lo tiene todo (cultura,
riqueza, etc) y, sin embargo, es el 50% más débil de la pareja, el
“dependiente”. ¿En qué te apoyaste para construir un personaje tan complejo?
Verdaderamente el Conde
es un personaje complejo. Un hombre que se oculta tras la distinción genérica
de un título. Un hombre que teniendo riqueza elige el exilio y el aislamiento.
Un hombre que teniendo inteligencia y cultura es incapaz de crecer como ser
humano. Y sin embargo, un hombre capaz de amar de una manera idealista. Y tal
vez su mayor debilidad sea precisamente el amor ideal que siente por Cecilia.
Pero, ¿cómo actuar cuando tus fortalezas son al mismo tiempo tus debilidades?
Para construir un personaje así creo que
lo más importantes es la lectura y la observación, que a efectos del
conocimiento antropológico son los mejores instrumentos de documentación.
- ¿Realmente se puede comparar la vida de alguien con la existencia vital de
las plantas epifitas?
Por supuesto que se puede. No olvidemos que nosotros, los seres humanos,
somos parte de un mundo natural, formado por la vida animal y la vida vegetal.
Y no olvidemos que muchos de nuestros comportamientos están íntimamente ligados
a los que somos, a nuestro material genético. Pero más allá de una comparación
"biológica", es una metáfora de la relación entre los personajes, que
están unidos entres ellos en una necesaria interacción vital, pero sin ser
capaces de enraizar, de llegar a lo más profundo del ser vivo en el que se
apoyan. Esto es así a consecuencia de un secreto que se interpone entre ellos,
y más importante en la novela, de la manera que inventa el Conde para desvelar
ese secreto.
- Muchas veces hemos oído eso de que “el amor es
siempre un sentimiento que duele”. En “La vida epifita”, ¿cuánto hay de dolor y
cuanto de pasión?
Hay un poco de todo.
Como la vida misma: hay dolor, hay esperanza, hay pasión, hay cariño, hay
lealtad, hay verdades y mentiras, hay secretos, hay vida y muerte... La
cuestión es, ¿hasta dónde es lícito llegar por amor?
- ¿Cuál es el próximo
proyecto literario de Borja Castellano? ¿Nos sorprenderás de nuevo?
He escrito ya un segundo
libro que está en "fase de reposo", previa a una última revisión; y
estoy escribiendo un tercer libro que es un ensayo novelado. Mis planes son
escribir cada día un poco mejor, leer cada día un poco más, y que lo que
escribo sea suficientemente útil e interesante como para que vea la luz.
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